Por Enrique Kogan
Según un reporte salido de Detroit, el Chevrolet Corvette del 2019, marcará el cambio más grande de ingeniería desde su debut en la década de 1950.
El Corvette, uno de los modelos más antiguos de GM, sigue atrayendo a compradores en su mayoría de edad avanzada, y el fabricante de automóviles está dispuesto a a hacer cambios de diseños para atraer a los consumidores más jóvenes.
El motor en el centro suele tener una ventaja de peso sobre los modelos de motor delantero, en parte, debido a que el tren de transmisión es más compacto y se coloca más centralmente en el auto, lo que mejora la manipulación durante la conducción a alta velocidad, algo que por supuesto atraerá más jóvenes.
El Corvette ha sido vehículo imagen durante décadas, y el cambio a un diseño con motor central supondría una importante revisión del actual modelo.
Debido a que casi todos los componentes principales de un vehículo con motor central son diferentes a la de un motor delantero, los cambios serian mayores.
Un cambio de un frente de diseño con motor central, implicaría la ingeniería de un nuevo chasis, creando un nuevo trans-eje (la transmisión y el eje), para mover las ruedas traseras, el desarrollo de nuevos refrigeración, aire acondicionado y sistemas de suspensión, y el diseño de todo el nuevo cuerpo.
Un Corvette con motor central, le daría a General Motors un verdadero competidor al súper deportivo Ford GT, que tiene motor central, así como la Ferrari, Lamborghini y Porsche.
Pero el mayor desafío para la automotriz sería mantener un precio accesible, ya que los vehículos de motor central no bajan de US$ 100.000, como muy mínimo.
Si el nuevo Corvette sube de precio y rendimiento en una categoría diferente, el vacío puede ser llenado por la última generación de Camaro ZL1, una variante de rendimiento de GM, ya que este modelo de Camaro está propulsado por un motor V8 de 640 caballos de fuerza y una transmisión automática de 10 velocidades, que puede llegar a 60 mph en 3,5 segundos.
General Motor deberá lidiar con la historia de motores en sitios no convencionales, ya que el Chevrolet Corvair del 1960-1969 y del 1984-1988 y el Pontiac Fiero, tenían motores detrás del conductor, y estos no han dejado buena impresión.
General Motor no puede dejar caer su modelo imagen y por ello invirtió 290 millones de dólares para reacondicionar la planta de ensamblaje de Bowling Green, Kentucky, donde se ensambla el Corvette.
En 2015, GM dijo que gastaría $ 439 millones de dólares en una nueva planta de pintura para el Corvette. El trabajo en el taller de pintura comenzó el año pasado y se extenderá hasta mediados de 2017.
Las ventas del Corvette en los Estados Unidos han caído un 20 por ciento, a solo 16.827 en los primeros siete meses de 2016, y esto fue una llamada de atención para la automotriz, que necesitar reactivar nuevos clientes para su vehículo de vanguardia.