Uber y Bell Aerospace ya tienen listo su auto volador para surcar los cielos

En el show de CES 2019 en Las Vegas, Bell reveló la última versión de su aeronave Nexus VTOL, que se está desarrollando como la plataforma preferida para el programa de taxi aéreo “Elevate” de Uber.

El Nexus pesa 6500 libras y tiene seis ventiladores de 8 pies articulados, que permiten que la plataforma se levante del suelo verticalmente como un helicóptero tradicional antes de girar 90 grados, lo que permite un viaje aéreo más rápido como un avión.

Aterrizar es tan fácil como hacer girar los ventiladores en su posición original y dejarlos suavemente. Lo mejor de todo es que el Nexus se ajusta a una plataforma de aterrizaje estándar de 40 pies por 40 pies, lo que significa que las ciudades no tendrán que cambiar radicalmente la infraestructura existente para acomodarlos.

El Nexus transportará a cuatro pasajeros y un piloto hasta un rango de 150 millas y podrá viajar esa distancia en solo una hora, y como utiliza un sistema de energía eléctrica híbrido, debería poder volar de manera más silenciosa y eficiente que los helicópteros convencionales.

Este no es el primer avión VTOL que Bell Aerospace ha producido. La compañía ha estado construyendo helicópteros desde la Segunda Guerra Mundial y desarrolló el V-22 Osprey, otro volante de rotor de inclinación, junto con Boeing.

Bell tomó muchas de las lecciones aprendidas al crear el Osprey y las aplicó al Nexus, incluido un sistema de vuelo por cable que asegurará que la aeronave permanezca en un sobre de vuelo seguro.

La empresa está trabajando con varias otras compañías en el Nexus, incluyendo Safran, EPS, Thales, Moog y Garmin, cada una de las cuales está construyendo subsistemas individuales.

Si bien el prototipo que se mostró en el show de CES no está operativo, la compañía espera comenzar las pruebas de vuelo de la aeronave para 2023 y comenzar las operaciones comerciales poco después.

Bell ya está trabajando con la FAA para desarrollar regulaciones sensatas que permitan que estos vehículos operen de manera segura entre el tráfico aéreo existente, pero las ciudades tendrán que desarrollar alguna infraestructura adicional para acomodar los vehículos.

Además, tanto Uber como Bell deberán convencer al público de que el servicio de taxi aéreo que tienen en mente no solo es conveniente sino también confiable, rentable, y lo más importante, seguro.

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