Según los datos más recientes de la Oficina Nacional de Delitos de Seguros y según lo informado por Carfax, las denuncias por robo de convertidor catalítico aumentaron más de un 1200 % entre 2019 y 2021.
En 2021, se informaron 52 206 robos de convertidores catalíticos frente a 3969 robos en 2019. El número podría ser mayor, ya que es posible que los propietarios no denuncien el robo a su proveedor de seguros.
De cualquier manera, el asombroso aumento significa que los vehículos nuevos y viejos son susceptibles, y los propietarios podrían estar obligados a realizar reparaciones y reemplazos que oscilan entre $1,000 y $3,000 dolares, según indica la NICB (National Insurance Crime Bureau).
Siendo obligatorio desde el 1975 para la mayoría de los vehículos de pasajeros, el dispositivo de control de la contaminación parece un mini silenciador colocado en el centro del sistema de escape entre los dos ejes.
Como está debajo del automóvil, los ladrones pueden acceder fácilmente deslizándolo por debajo del vehículo y cortándolo desde cualquier extremo del tubo de escape.
¿Qué tienen de especial los convertidores catalíticos, aparte de su beneficio medioambiental?
Los metales preciosos necesarios para fabricarlos. El aumento en los robos de convertidores catalíticos refleja el valor vertiginoso del rodio, el paladio y el platino.
Según informó Carfax, los ladrones pueden ganar desde $300 hasta $1,400 vendiéndolos.
La NICB dijo en un comunicado. «Como el valor de los metales preciosos sigue siendo alto, también lo hace la cantidad de robos de estos dispositivos».
«Existe una conexión clara entre los tiempos de crisis, los recursos limitados y la interrupción de la cadena de suministro que impulsa estos robos», agrega el comunicado de la NICB.
Algunos vehículos son mejores objetivos de robos que otros
No debería sorprender que los vehículos más vendidos sean los más afectados, solo por la mera presencia de los modelos en las calles y entradas de vehículos.
Carfax desglosó los robos más frecuentes por región, así como a nivel nacional, al analizar los informes de servicio de más de 60 000 centros de servicio en todo el país.
Aunque el de mayo venta, el Ford F-150 tuvo la mayor cantidad de robos de gatos en todo el país y en tres de las cuatro regiones, el Toyota Prius híbrido tuvo más robos en la región oeste, lo que indica que la ubicación es importante.
Si bien no enumeró la cantidad real de modelos afectados, clasificó los vehículos por volumen:
La lista de los mas robados, según la Oficina Nacional de Delitos de Seguros
Ford Serie F del 1985 al 2021
Honda Accord del 1989 al 2020
Jeep Patriot del 2007-2017
Ford Econoline del 1990 al 2022
Chevrolet Silverado del 1999 al 2021
Chevrolet Equinox del 2005 al 2021
Honda CR-V del 1997 al 2020
Toyota Camry del 1987 al 2019
Chrysler 200 del 2011 al 2017
Toyota Prius del 2001 al 2021
Los ladrones de convertidores catalíticos no discriminan
Según el informe de Carfax, «Los ladrones apuntan a una amplia variedad de modelos, independientemente del tamaño del vehículo, su antigüedad o el país de origen del fabricante de automóviles».
Ambas fuentes recomiendan instalar un dispositivo antirrobo o grabar el convertidor con el VIN del automóvil para facilitar el rastreo por parte de las fuerzas del orden. Además, estacionar en un área cerrada o garaje limitará el riesgo de robo.
Como funciona un catalizador
A grandes características, el catalizador de un coche es una pieza del sistema de escape que está diseñada para reducir las emisiones contaminantes que provienen del motor. Como muchos sabréis, la gasolina que todos utilizamos para que nuestros coches funcionen está compuesta de hidrocarburos.
Durante el proceso de combustión, los átomos de hidrógeno y de carbono de la gasolina reaccionan con el oxígeno que entra en el cilindro y esto produce una serie de gases.
Si la combustión fuera perfecta, la reacción únicamente saldría dióxido de carbono (CO2) y agua (H20), pero en los motores de combustión, esto no es realmente así.
El problema que se presenta en los motores de hoy en día es que algunas de las reacciones que tienen lugar cuando se quema la gasolina son incompletas.
Esto provoca que se produzcan moléculas que normalmente no se producen. Es el caso, por ejemplo, del monóxido de carbono y de los NOx (combinaciones de nitrógeno y oxígeno), que son gases muy nocivos tanto para la salud como para el medio ambiente.
Además, si una parte de la gasolina no se quema, los hidrocarburos dañinos también salen por el escape, lo que tampoco es especialmente mejorado.
Los convertidores catalíticos están especialmente diseñados para reducir todas estas emisiones.
Para ello, se utiliza catalizadores. ¿Y qué es un catalizador?
Es algo que permite acelerar una reacción química o que simplemente favorece que esta se dé. En el caso del convertidor catalítico de un coche, se utilizan elementos que reaccionan con los gases que hemos mencionado antes, con el objetivo de transformarlos en otras sustancias menos nocivas.
Aquí se recurre a metales como el platino, el paladio y el rodio para la reacción.
En el proceso de la catálisis, se dan varios fenómenos. El primero es la reducción catalítica, en la que el platino y el rodio reaccionan con los óxidos de nitrógeno (NOx) para formar N2 y agua. Después tenemos la oxidación, fase en la que el platino y el paladio utilizan los átomos de oxígeno que se encuentran en el tubo de escape de dos maneras.
Primero, favorecen que estos se unan a las moléculas de monóxido de carbono para crear CO2 y, en segundo lugar, van oxidar cualquier hidrocarburo que no se haya quemado durante la combustión para formar moléculas de agua. A estos catalizadores se les conoce como de Triple Vía.
Algunos coches tienen dos catalizadores: uno justo después del colector de escape y otro más a menos en la mitad de la línea. El primero, al estar más cerca del motor, se calienta antes y más, lo que favorece las reacciones que ya hemos mencionado. Los convertidores catalíticos suelen trabajar también con las sondas lambda o sensores de oxígeno.
En muchas ocasiones hay una antes y otra después y se encargan de medir, por un lado, si hay suficiente oxígeno en la combustión y, por otro, si está saliendo suficiente oxígeno del catalizador, con el objetivo de poder ajustar los parámetros de la ECU.