En un extenso artículo publicado en The Wall Street Journal, el director ejecutivo de Ford, Jim Farley, afirma que considera que la industria automovilística china es una seria amenaza para la empresa que dirige.
En resumen, el auge de las empresas de vehículos eléctricos de rápido crecimiento y con conocimientos tecnológicos en la nación más poblada del mundo podría aplastar a los fabricantes de automóviles que hacen negocios en los Estados Unidos.
Entre ellos se incluyen Ford, Stellantis y GM, que han dominado el mercado estadounidense durante más de un siglo.
Mientras Farley recorría China y examinaba los automóviles fabricados por el gigante local BYD, vio sofisticados autos de alta calidad que valían unos 20.000 dólares.
El Seagull de BYD tiene un precio que empieza en los 10.000 dólares. El precio medio de un vehículo nuevo vendido en Estados Unidos es de 55.000 dólares.
BYD es la automotriz Chica que esta rompiendo todos los limites de ventas en varios mercados mundiales y en su carpeta tiene el plan de abrir una Mega fabrica en México, algo que pudiera alarmar a los fabricantes Estadounidenses.
“O puede hacernos sentir incómodos, o podemos esperar, y los chinos pueden hacernos sentir incómodos”, dijo al Journal Doug Field, un ex ejecutivo de Tesla y Apple contratado en 2021 para dirigir la transformación técnica de Ford.
Al menos una razón por la que Ford debería estar ansiosa es porque el gobierno chino ha ayudado a los fabricantes locales de vehículos eléctricos a construir sus empresas”.
Ford se enfrenta a otra montaña que escalar, pero no se debe al desafío de China. Ford sigue siendo una empresa centrada en los vehículos a gasolina en un mercado a gasolina.
Los vehículos eléctricos (EV’s) no han tenido el éxito esperado en los Estados Unidos
Los EV’s representan aproximadamente menos del 9% de los autos nuevos vendidos en Estados Unidos. La cifra sería peor si la cantidad fuera al menos el doble en California.
Y ningún fabricante (que no sea Tesla) ha podido lograr que los estadounidenses cambien sus hábitos.
Los compradores estadounidenses están preocupados por la autonomía de las baterías, la cantidad de estaciones de carga y el alto costo de los autos nuevos.
Ford no se ha retirado del negocio de los vehículos eléctricos, pero su plan de 30 mil millones de dólares ha quedado en segundo plano porque las ventas son lentas.
Su camioneta F-150 de tamaño completo representa el 37% de todas sus ventas en Estados Unidos y es un gran consumidor de gasolina. Pero sus propietarios la aman.
¿Qué está salvando a GM, Stellantis y Ford de una avalancha de importaciones chinas?
Casi exclusivamente los altos aranceles del gobierno estadounidense, que son del 100%. Pero esos aranceles no durarán para siempre.
Dependiendo del candidato que gane las elecciones presidenciales, el tamaño de esos aranceles podría reducirse. Y, por último, está el consumidor estadounidense que tal vez no quiera pagar más de 50.000 dólares por un vehículo eléctrico nuevo, si hay uno disponible que cuesta 20.000 dólares.