No espere más: el frío está a la vuelta de la esquina.
Mientras llega el otoño, tómese una tarde en la entrada de su casa o en el garaje para preparar su vehículo para el invierno. Las tareas son relativamente sencillas, al menos cuando el tiempo es moderado. Una vez que los guantes formen parte de tu vestuario, te arrepentirás de no haberlo hecho antes.
1. Comprueba los neumáticos
Si vives en una zona con días por debajo de los 45 grados, merece la pena invertir tiempo y dinero en cambiar los neumáticos de invierno. El compuesto de caucho se mantiene flexible y con agarre en el frío, y la banda de rodadura fue literalmente hecha para caminar por la nieve.
Si aún no tienes un juego, sería bueno que lo compres. Si ya tienes un juego, enhorabuena. Ahora es el momento de programar una cita con la tienda de neumáticos para montarlos y equilibrarlos.
Como alternativa, si piensas conservar tu vehículo durante muchos años, puede que te compense comprar un juego de ruedas de invierno específico -preferiblemente de menor diámetro que las de fábrica- para tus neumáticos de temporada y realizar el cambio tú mismo de forma gratuita.
Para ello, necesitarás un gato, una llave dinamométrica, un manómetro y un compresor de aire, pero son cosas en las que todo propietario de auto debería invertir.
Asegúrate de comprobar el desgaste de la banda de rodadura -con un medidor de profundidad de la banda de rodadura o unas monedas de repuesto- antes de salir a carreteras heladas.
Si los neumáticos están gastados, podrías poner en peligro tu vida y la de los demás con cada kilómetro recorrido. Además, a medida que bajan las temperaturas, el aire del interior del neumático se condensa y ocupa menos espacio, por lo que es posible que el neumático no esté bien inflado. Asegúrate de vigilarlo, comprobando la presión con regularidad y añadiendo aire cuando sea necesario.
2. Instala escobillas específicas para invierno
Que no te coja una tormenta de nieve con las escobillas del limpiaparabrisas estropeadas. Compra un juego especialmente diseñado para las inclemencias del tiempo.
A diferencia de las escobillas para todas las estaciones, las de invierno utilizan un compuesto de goma que se mantiene elástico (y, por tanto, se adapta al cristal) a temperaturas bajo cero.
También es probable que sea más gruesa, tanto por su durabilidad como para poder atravesar la nieve. Por lo general, los fabricantes diseñan la escobilla y el travesaño de forma que se evite la acumulación de hielo, y aplican un revestimiento especial que permite que la goma se deslice fácilmente sobre el cristal helado.
3. Comprueba la batería del auto
Las baterías no funcionan tan bien en climas fríos, ya que la baja temperatura ralentiza la reacción química que tiene lugar en el interior de la unidad. Si la tuya tiene otros problemas, como corrosión o bajo voltaje, el estrés añadido del invierno podría dejarla fuera de servicio.
Por eso es buena idea ponerla a punto ahora: Comprueba el voltaje con un multímetro y compara los valores con las especificaciones del fabricante. Si todo va bien, limpia los contactos y rocía los terminales con un protector anticorrosión. Vuelve a conectarlo todo, asegurándote de que las conexiones son sólidas, y listo.
4. Comprueba la calefacción y el desempañador
Asegúrate de que el sistema de climatización de tu auto funciona correctamente. Un calefactor averiado o que funcione mal podría dejarte muy incómodo si la temperatura ambiente desciende hasta los diez grados, y un desempañador que no funcione bien podría dejarte ciego y dando constantes golpes en un parabrisas empañado.
Inspecciona también el filtro de aire de la cabina, ya que si está sucio puede impedir la circulación del aire.
5. Llena el depósito de líquido de lavado
Cuando empiece a nevar y otros vehículos no paren de arrojar lodo gris sobre tu parabrisas, tendrás que echar mano de un pulverizador cada dos minutos. Empieza la temporada con el depósito lleno de este líquido neón que derrite el hielo y recuerda rellenarlo cada pocas semanas.
6. Lubrica las juntas de puertas y ventanas
Cuida las juntas de goma y silicona de tu automóvil para que no se vuelvan frágiles y quebradizas. Si el agua se filtra en las cavidades de las puertas, puede congelarse y expandirse, causando un mundo de problemas.
Para evitar estos quebraderos de cabeza, hazte con un bote de lubricante para juntas de automóvil y dedica unos minutos a aplicarlo en todas las tiras flexibles de tu automóvil.
7. Prepara un kit de supervivencia
Siempre es bueno llevar un kit de emergencia en el auto durante todo el año, pero es especialmente importante en invierno, cuando una rueda ponchada o una batería descargada pueden dejarte tirado y tiritando.
En Internet puedes encontrar una gran variedad de kits premontados por menos de 100 dólares, o puedes preparar el tuyo propio.