Por Yeudis Silva /PUROS AUTOS
El 912 era técnica, exteriormente y prácticamente idéntico al 911. Sin embargo, su parte trasera albergaba el motor bóxer de 4 cilindros y 1,6 litros del 356 SC con el que se accionaba.
Para su introducción en el 912, la potencia de este motor se redujo de 95 a 90 CV a 5.800 rpm con el objetivo de que proporcionara más tracción y una mayor estabilidad.
La transmisión se realizaba mediante una caja de cambios manual de 4 velocidades.
El 912 se mantuvo en el mercado como el primer escalón de la gama Porsche hasta 1969, cuando el proyecto 914, creado en colaboración con Volkswagen, tomó forma y ocupó el espacio en la fábrica alemana, necesaria para la fabricación del nuevo deportivo de motor central.
Durante esos cuatro años se fabricaron más de 32.000 unidades, una de las cuales, tuvo el honor de ser el Porsche número 100.000 fabricado, que tuvo un destino aún más curioso, fue un 912 Targa destinado a la policía alemana, para patrullar las célebres autobahn.
Con la discontinuación del 914, Porsche se quedó sin un modelo de entrada para el mercado norteamericano. Así, el 912 fue resucitado a partir de un prototipo con carrocería del 911S y motor VW-Porsche de cuatro cilindros y 2 litros similar al del último 914/4.
El modelo de producción, que comenzó a ser fabricado en de mayo de 1975, tenía la misma configuración como el prototipo, además de un sistema de inyección de combustible.
El 912E había tomado el lugar dejado por la 914 hasta la finalización de la elaboración sucesor de este último, el 924, otro proyecto de co-desarrollado por VW y Porsche.
Después de casi 2.100 unidades producidas para el mercado estadounidense, el 912E tenía la producción terminada en julio del 1976.
El Porsche 912 de 1968 de nuestra historia es un ejemplar del clásico deportivo que la casa de Stuttgart lanzaba en los años 60 como la alternativa “barata” del 911.
Concretamente este automóvil ha sido conservado y restaurado para lucir así de impresionante (perfectamente podría estar en un museo).
Pero lo más interesante de todo es que su último propietario, un importante director de Hollywood que permanece en el anonimato, invirtió 60.000$ en integrarlo con una mecánica eléctrica.
