A principios de este mes, el gobierno de Trump retrasó seis meses la amenaza de aranceles a las importaciones de vehículos fabricados en Japón y Europa.
Trump está citando su autoridad en virtud de una ley de 1977, que le permite imponer tarifas en casos de emergencia nacional.
Citó una emergencia nacional a principios de este año en un esfuerzo similar para desviar las asignaciones del Congreso a la defensa, para financiar un muro a lo largo de la frontera de Estados Unidos y México.
Por lo que esta emergencia nacional de aranceles a las importaciones de vehículos fabricados en otros países, caería como un balde de agua fría para México.
Cerca del 92% de los automóviles y camiones construidos en México se exportaron a los Estados Unidos, en los primeros cuatro meses de 2019, representando alrededor de 1.03 millones de vehículos hasta abril, un incremento año con año de 8.6%.
General Motors ha exportado 266,000 vehículos fabricados en México, más del 99% de su producción total allí a los Estados Unidos, más que cualquier otro fabricante de automóviles.
Fiat Chrysler ha exportado cerca de 147,000 (alrededor del 88% de la producción mexicana) y Ford ha enviado alrededor de 101,000, alrededor del 95% de todos los vehículos fabricados en México.
Nissan y Volkswagen son los otros grandes exportadores de automóviles, con 162,000 (98% de la producción total) y 112,000 (aproximadamente 87%) exportaciones de vehículos, respectivamente.
Suponiendo que los tres grandes fabricantes estadounidenses de automóviles exporten a una tasa similar durante los ocho meses restantes del año, México exportará alrededor de 3.1 millones de vehículos a los Estados Unidos en 2019.
A partir del 10 de junio, cada vehículo estadounidense importado de México estará sujeto a una tarifa del 5%. Esa tarifa arancelaria se incrementará en un 5% el primero de los próximos cuatro meses, elevando la tarifa a 25%, donde permanecerá indefinidamente.
Los fabricantes de automóviles, que ya están luchando contra la caída de las ventas, serán especialmente afectados.
Bajas ventas
Es bastante improbable que puedan absorber el costo de la tarifa, incluso en su nivel más bajo del 5%, y continuar obteniendo ganancias.
Eso significa que los consumidores estadounidenses verán precios aún más altos para los autos nuevos, sobre todo en los modelos más económicos, lo que responderán buscando un buen automóvil usado, como la historia siempre lo ha dicho.
Además las malas noticias para los fabricantes es que el mercado está cambiando naturalmente en esa dirección, donde los autos nuevos se están volviendo tan caros que están fuera del alcance de muchos compradores de autos, que deben de recurrir a los vehículos usados más accesibles.
El año pasado, los estadounidenses compraron 40.2 millones de autos usados, lo que es aproximadamente 2.5 veces más que los 17 millones de autos nuevos comprados en 2018.
Los pronosticó indican que las ventas de autos usados en 2019 se elevarían a cerca de 41 millones, mientras que las ventas de autos nuevos se mantendrán sin cambios el año pasado.
Pero si las tarifas de los vehículos importados de México alcanzan el 25%, las ventas de autos nuevos podrían disminuir aún más, con la consiguiente paralización de la industria automotriz Mexicana.