El tema de los vehículos autónomos esta siendo tan polarizante, que los grupo de entusiastas del automóvil ya lo empiezan a odiar.
Es peor que el salto de la transmisión manual a la automática, donde los conductores y las leyes decidieron que manejar sin saber conducir con caja manual no era un problema. Y la verdad no lo fue, pero una persona que sabe conducir con una caja manual siempre tendrá un avance sobre la que no sabe hacerlo.
Pero en el mero concepto de los vehículos autónomos, las nuevas reglas de juego han de cambiar.
Mientras los fetichistas de la tecnología automotriz no pueden esperar a plantar sus conductores inexpertos en el asiento de un vehículo autónomo, para que estos disfruten de un café o una lectura, sin el obstáculo de tener que conducir nada a su destino, hay otros que se están poniendo nerviosos.
Porque nerviosos?. Sin la supervisión de un conductor, todo puede pasar.
Se ha hablado de cómo las taxis autónomos se convertirán en cajas de inmundicia sin precedentes, destinadas a un comportamiento inequívoco, ya que un pasajero puede hacer de todo en el vehículo sin ningún supervisión del chofer, que en este caso es un robot.
Y no solo tirar basura para que el próximo pasajero lo deteste. Hay muchas cosas que un pasajero sucio pudiera hacer.
Las primeras encuestas que están comenzando a llegar, indican que los automóviles controlados por computadora de propiedad privada, estarán sujetos a actividades de todo tipo, con algunos pasajeros que están sugiriendo que no tendrán ningún reparo en tener relaciones sexuales, beber alcohol o comer compulsivamente, o hacer lo que necesiten, mientras son conducidos por una computadora al volante.
Este es el futuro que la autonomía nos está prometiendo, con un montón de características autónomas que ya se han convertido en modelos de producción moderna, como lo son algunos Tesla.
Lo que vendrá es suficiente para preocupar a los fabricantes de automóviles, a un punto en el que están considerando la aplicación de una serie de sistemas para fomentar más activamente la participación de los conductores, en una plataforma que está diseñado para hacer lo contrario.
Es decir, que no todo será autónomo al principio, dejando al conductor una ventana de chequeo, para que su robot conductor no le cause ningún estrago.
Desde la aparición del automóvil, han aparecido los problemas viales, pero llegaron las leyes para evitarlas.
Estos nuevos vehículos de auto autónomos serán un nuevo reto para los legisladores, que deberán crear nuevas leyes a medida que los pasajeros vayan incurriendo en molestas situaciones, que generan el libre albedrío sin ley alguna.