A lo largo de sus 125 años de historia, Goodyear siempre ha estado impulsada por la innovación tecnológica. Una de esas hazañas es el orgullo de Goodyear de ser el desarrollador del «neumático más rápido del mundo», una afirmación que es válida en múltiples disciplinas.
El 23 de octubre de 1970, se estableció un hito en el campo de la tecnología automovilística cuando el cohete Blue Flame, equipado con neumáticos Goodyear, batió el récord de velocidad en tierra de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), alcanzando la asombrosa cifra de 622,407 mph (1001.666 km/h) durante una milla lanzada y 630,388 mph (1014.511 km/h) en un kilómetro lanzado.
Estos hitos se lograron en el salar de Bonneville, que ofrecía las condiciones ideales para poner a prueba los límites de velocidad y rendimiento de los vehículos. Además, la extraordinaria hazaña de batir el récord de velocidad se logró con las difíciles circunstancias de que había 5 cm de nieve, lo que pone aún más de relieve su impresionante naturaleza.
Goodyear diseñó neumáticos 8:00-25 para el vehículo, con un diámetro exterior de 34,8 pulgadas y una superficie lisa en la banda de rodadura para evitar la acumulación de calor, rellenos de gas nitrógeno a 350 psi.
El excepcional diseño e ingeniería del Blue Flame, incluido su avanzado sistema de propulsión por cohete, fueron decisivos para superar el récord anterior, y el logro sirvió de catalizador para seguir innovando en este campo. No hay duda de que el notable logro del vehículo al batir el récord dependió de sus neumáticos Goodyear de alto rendimiento, sin los cuales tal hazaña habría sido imposible. Estos neumáticos son una notable demostración de la innovación humana y la experiencia en ingeniería, ya que permitieron al vehículo alcanzar un nivel de velocidad y rendimiento sin precedentes.
Sin embargo, el logro de Goodyear no fue un ejemplo aislado, ya que la empresa había demostrado anteriormente su proclividad a batir récords. En 1963, Goodyear fue la primera en desarrollar un neumático capaz de superar las 400 mph, cuando Craig Breedlove condujo con éxito su primer Spirit of America.
En los últimos años, Goodyear también equipó el vehículo JCB DieselMax, de fabricación británica, que estableció un récord de velocidad terrestre de 328 mph para vehículos diésel en 2006, y el The Iron Knight de Volvo Trucks, que batió dos récords mundiales de velocidad para camiones en 2016. El camión alcanzó una velocidad media de 105 mph en un tiempo de 21,29 segundos a lo largo de 1.000 metros desde una salida parada. El Iron Knight también batió el récord de distancia de 500 metros, alcanzando 81,6 mph en 13,71 segundos desde parado.
Goodyear nunca ha dejado de superar los límites de lo posible. Sus neumáticos representan ya un siglo y cuarto de innovación, impulsada por los avances tecnológicos y la pasión por ofrecer neumáticos de la más alta calidad y perfectamente adaptados a las necesidades de cada cliente. El legado de Goodyear va mucho más allá del mero desarrollo de sus neumáticos; su influencia se deriva de los importantes avances y progresos innovadores que su tecnología ha realizado a lo largo de los últimos 125 años.