Los ancianos estadounidenses nunca han estado más sanos o más ricos. Al mismo tiempo, los vehículos nunca se han abarrotado con más funciones para salvaguardar los conductores con visión borrosa, reacciones más lentas y cuellos rígidos, como ahora.
Esas fuerzas han creado un potente motor económico para los fabricantes de automóviles, que ya empiezan a disfrutar el incremento en ventas en sectores demográficos que parecían perdidos. Así, los beneficiarios del Seguro Social se han convertido en uno de los grupos demográficos más prometedoras para la industria automotriz.
El caso de Harley Davidson es relevante. Su director de marketing, Marcos Hans-Richer, dijo: “Vendemos nuevas motos todo el tiempo para ‘chicos’ de 80 años“.
A muchos retirados les encanta tomar la ruta 66 con una Harley y sentirse como si tuvieran 20. Hoy en día esa ruta está llena de viejos-jóvenes que la recorren a través del país.
Según datos del censo de Estados Unidos, del 2003 a 2013, el número de conductores con licencia de más de 65 años aumentó en 8.2 millones, un aumento del 29%, y se espera que este porcentaje suba mas cuando salga un nuevo reporte.
En la actualidad hay alrededor de 3.5 millones de conductores estadounidenses con más de 84 años, un asombroso aumento del 43% de hace más de una década.
En el otro extremo del espectro de edad, los adolescentes ya no tienen el ingreso o la inclinación de poseer un auto, muchos prefieren otros medios de transporte para evitar gastos excesivos, sobre todo de seguros que tienen precios astronómicos para ese sector.
Durante ese mismo período de 10 años, las filas de los conductores menores de 20 años se redujo en 3%.
Estas son las cifras del departamento de transporte publicadas por el sitio Bloomberg: