Lamborghini, una historia de orgullo y excelencia

La historia habla de toros bravos de lidia en la Andalucía española. Animales que por su temperamento y potencia física eran simplemente indomables, bestias que ganaron su libertad matando al torero. Su bravura les valió nombres como Diablo, Murciélago, Aventador, y hoy están inmortalizados en varias de las obras más perfectas de la ingeniería automotriz.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Ferruccio Lamborghini se propuso construir tractores a partir de vehículos militares que habían quedado en desuso. Su éxito como constructor de maquinaria agrícola lo convirtió en el tercer industrial más importante del sector. Así es cómo comenzó a vivir un ostentoso estilo de vida que lo llevó a comprar uno de los autos fetiche de todo millonario: un Ferrari.

lamborghini countach and aventador

Lamborghini era un gran entusiasta de los autos deportivos de primer nivel como Mercedes, Maserati y Lancia, entre otros. Pero ninguno de estos le causaba tantos problemas como su Ferrari 250 GT, que usaba como vehículo personal.

Para Ferruccio, del amor al odio habia un embriague de distancia. Cansado de tener dificultades le ordenó a uno de sus mecánicos que desmantele su 250 GT y lo que descubrió lo llenó de ira.

El sistema y la calidad del embriague, eran muy similares al que él usaba en sus tractores. Dice la leyenda, que Lamborghini llamó personalmente a Enzo Ferrari  para quejarse, y que éste le contestó con tono altanero: “Usted sólo es un fabricante de tractores, no es quién para criticar mis autos”. Lamborghini, furioso, le respondió que él le enseñaría a hacer autos verdaderamente perfectos.

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A partir de ese día,  las astas de toro embravecido apuntaron directamente al Cavallino Rampante.

Automobili Lamborghini fue fundada en 1963, situando su fábrica en Sant’Agata Bolognese, Italia. Su primer auto fue el 350 GT, que se convirtió en un éxito de inmediato.

Contaba con un motor de 3.5 litros, 320 CV y una versión Spyder; las 120 unidades producidas se vendieron con rapidez. A partir de allí Lamborghini comenzó a ocupar un lugar, cada vez más preponderante, en el mundo de los autos deportivos de lujo.

La estrategia era producir autos con motores V8, que fueran más accesibles y le permitieran a la empresa conseguir las ventas necesarias para subsistir.

Ferruchio Lamborghini

 

Estos modelos, le permitían a Lamborghini concentrarse en lo que realmente les interesaba fabricar, pero muy pocos podían comprar: superdeportivos con motores V12 como el Miura (en 1966, reconocido como el primer superdeportivo de la marca), el Countach (1971), o su reemplazo, el inolvidable Diablo (1990).

Ferruccio Lamborghini murió en 1993. Comenzó una década difícil para la marca, signada por los problemas económicos. A pesar de seguir produciendo obras maestras, como fueron el Diablo VT o SV, no se pudo evitar la quiebra y la fábrica fue adquirida en 1998 por el grupo alemán Volkswagen.

Contrariamente a lo que hubiera deseado su fundador, que veía a las carreras como la forma más rápida para arruinarse, comenzaron a particupar en la Fórmula 1 y competiciones de la FIA GT.

En el año 2002 llegó el momento de reemplazar al Diablo. Lamborghini presentó el Murcielago, con un desafiante motor V12, carrocería de fibra de carbono y la alternativa de un diseño interior decorado por Versace.

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La otra gran novedad, surgió en 2003 con el Gallardo, uno de sus mayores éxitos de venta, que le permitió a la marca celebrar sus 40 años de historia en un momento de auge económico.

El próximo 20 de febrero se conmemorarán 24 años de la muerte de su fundador.

El legado de exclusividad, potencia y precisión, continúa presente en cada detalle de los nuevos modelos como el Reventon (inspirado en un cazabombardero estadounidense F22), el Aventador o el Veneno, autos que alcanzan los 100 Km/h en 2,9 segundos.

La historia del toro enojado, que levantaba la arena con su respiración agitada, y arañaba el piso antes de encarar su embestida, terminó, para muchos, opacando al caballo triunfante que muestra el escudo de Ferrari.

Como alguna vez dijo Frank Sinatra: “usted maneja un Ferrari cuando quiere ser alguien” pero, “Usted maneja un Lamborghini cuando ya es alguien”.

Colaboración:

Por Alejandro Horvat

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