El eléctrico jaguar I-Pace, ya está en problemas, y los propietarios de los modelos 2018 y 2019 han sido informados de una falla en el sistema de frenado regenerativo eléctrico de I-Pace, lo que podría resultar en largas distancias de detención.
Este último retiro es el segundo emitido por Jaguar Land Rover en los últimos meses, que ha estado con problemas de fiabilidad últimamente, y que J.D. Power lo colocó anteúltimo en su lista de vehículos fiables, antes que nada menos, el gran limón, Fiat.
Jaguar afirma que en el improbable caso de que se produzca un fallo en el sistema de freno eléctrico regenerativo, los vehículos afectados no cumplen con el estándar regulado en el momento de la transición de la fuerza del freno, al sistema de freno por fricción.
Lo que significa que la distancia de parada puede ser potencialmente extendida. Los sufridos propietarios deben de ir al concesionario de la marca, y esperar que le actualicen el software del sistema de frenos, que según dicen garantizará que los vehículos cumplan con los requisitos reglamentarios.
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Jaguar no cobrará a los propietarios de los vehículos afectados por la reparación, lo que dice que solo requiere una breve visita a un concesionario. Claro es fácil decirlo, pero el que vive a 150 millas del concesionario y tiene que ir perder su día de trabajo y esperar, no piensa lo mismo.
En marzo, la compañía volvió a llamar a unos 44,000 modelos de motores diésel y gasolina de 2.0 litros, en medio de la preocupación de que podrían estar emitiendo niveles excesivos de CO2.