Por Manuel Arroyo
Fiat, la división Italiana de Fiat Chrysler terminó última en la calidad de compra al distribuidor. Las ventas de la marca han caído en picada este año, y ha terminado casi al final de varias encuestas de marcas de automóviles.
El nuevo estudio del Índice de satisfacción de ventas de J.D. Power 2017, es un análisis exhaustivo de la experiencia de compra de un vehículo nuevo y mide la satisfacción del cliente con el distribuidor vendedor, es decir, la satisfacción entre los compradores.
La información fue recabada de una encuesta de 28,989 compradores que compraron o alquilaron un auto nuevo o una camioneta en abril o mayo de este año. El estudio abarcó 14 vehículos de lujo y 19 marcas del mercado masivo de autos.
Entre las marcas del mercado masivo, el puntaje promedio fue de 766, mientras que el grado más alto posible es de 1,000. El último puesto de Fiat se basó en un puntaje de 707. Varias otras marcas de Fiat Chrysler cayeron por debajo del promedio, con Jeep en 738, Chrysler en 749, Dodge en 758 y Ram en 760.
Las ventas de Fiat en los Estados Unidos han ido en picada libre. Durante los primeros 10 meses del año, las ventas cayeron un 17% a 23.021. En octubre, el número cayó 33% año tras año a 1,769.
Los problemas de Fiat no se basan completamente en la calidad de la marca y el distribuidor. Sus automóviles compiten en el abarrotado mercado de baja gama, que es conducido por autos de bajo costo, fiabilidad media y bajo consumo de gasolina.
Todos los principales fabricantes mundiales tienen vehículos en esta categoría, y la mayoría tienen presupuestos más grandes de marketing y desarrollo de productos junto con redes de distribuidores en expansión.
Fiat en Estados Unidos es una pesada carga para para revertir, que se hace más pesada a medida que está pasando el tiempo. Es una ‘papa caliente” que la automotriz no sabe qué hacer con ella.