General Motors es acusado de fraude por vender motores diésel defectuosos

2016 Chevrolet Silverado 1500 LT

General Motors no tiene paz. Los últimos años lo han bajado del ser líder mundial a ser el cuarto en la lista, luego tuvo problemas con millones de retiros por vehículos defectuosos, después tuvo que deshacerse de su operación Europea e India, y ahora le caen los abogados reclamando que han hecho trampa, en las emisiones de los motores diésel que vende.

Como decía un amigo, des de que la automotriz se presentó en bancarrota en el 2009, “Estos de General Motors parece que están m…por los perros”.

El fabricante de automóviles de Detroit, es el más reciente que recibe un juicio por usar un dispositivo similar al de Volkswagen, que fue golpeado con las acusaciones de usar un dispositivo en sus automóviles diésel, que podrían patinar alrededor de las regulaciones de emisiones de esos motores.

El fabricante de autos estadounidense fue nombrado en una demanda colectiva presentada esta semana acusándolo de instalar los llamados dispositivos de “La trampa” en más de 700.000 Chevy Silverado y GMC Sierra Duramax diésel construidas entre 2011 y 2016.

Según Hagens Berman, la firma de abogados que presentó la demanda, esta pick ups emiten entre dos y cinco veces el límite legal de los contaminantes de óxido de nitrógeno.

Desde que se encontró que VW estaba instalando los dispositivos tramposos en sus vehículos, la compañía alemana ha pagado más de $ 24 mil millones en multas, penalizaciones y recompras potenciales en Norteamérica.

Sin embargo, menos de 500.000 automóviles diesel de Norteamérica se vieron afectados. En todo el mundo, un escándalo de involucra aunos 11 millones de vehículos de la automotriz alemana en todo el mundo.

En el comunicado de prensa anunciando la demanda, Hagens Berman dijo que a pesar de las afirmaciones de los ingenieros de GM de que habían logrado una «notable reducción de las emisiones de diesel».

Pero las pruebas en carretera mostraron que estas picks ups, contaminan a niveles mucho más allá de los límites legales, más alto que sus contrapartes de gasolina, y mucho más de lo que los consumidores razonables esperan de estos vehículos.

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