Los datos sobre las ventas y la calidad del producto siguen empeorando para la marca Fiat, ya que mientras sus ventas cayeron un 14%, en el estudio de calidad inicial de la consultora J.D. Power, Fiat fue clasificado último en último lugar, detrás de otras 32 principales marcas de automóviles.
El estudio de J.D. Power se basó en problemas por cada 100 vehículos. El promedio de la industria fue de 97, mientras que la cifra de Fiat fue de 163, mucha más cualquier otra marca en la lista.
La calidad inicial en este icónico estudio se midió por el número de problemas experimentados por 100 vehículos, durante los primeros 90 días de propiedad, con un puntaje más bajo reflejando una mayor calidad.
En el estudio de este año, la calidad de los automóviles mejoró en siete de las ocho categorías medidas, con 27 de las 33 marcas en el estudio mejorando su calidad en comparación con el 2016.
Pero lo de Fiat es distinto. Este no es el primer cepillazo de Fiat dado por J.D. Power, ya que la automotriz es la abonada en el último lugar de la investigación de la consultora en los últimos años. Ninguna casa toma apuestas a favor de que Fiat llegue último, ya que es un seguro premio.
No solo de fiabilidad viene padeciendo la automotriz italiana, ya que Fiat ha tenido dificultades con las ventas de Estados Unidos.
De enero a mayo, las ventas de Fiat cayeron 14% a 12.440. En mayo cayeron 14% a 2.670. En otras palabras, Fiat sólo vendió 90 autos al día en mayo. Esto hace que distribuidores tengan en sus lotes más unidades y traten de cancelar nuevas unidades de la fábrica.
Fiat Chrysler deberá tomar una decisión sobre si mantener la marca en Estados Unidos o no, ya que si las ventas siguen bajando y la calidad sigue siendo un problema importante, sería un dolor de cabeza constante para la automotriz.
Parece un milagro que la empresa matriz mantenga los modelos de Fiat en el mercado de Estados Unidos, cuando llegan cada mes solo malas noticias.
Lo peor de todo, es que el Marketing de Fiat en los Estados Unidos cuesta decenas de millones de dólares al año, y nadie sabe para dónde va dirigido, porque los latinoamericanos, que son los más conocedores de la marca, no han escuchado anuncios de ella en los medios hispanos.
Por mi parte siempre fui un amante del Fiat. Mi primer auto fue un Fiat 600, pero había que cuidarlo como un bebe, y en Estados Unidos la gente no tiene tiempo de ir a cambiarle el aceite y menos ir a un mecánico, por lo que un automóvil que necesita de ser tratado con mas bondad que otros, siempre tendrá problemas en el país.
El otro día probé el Fiat Abarth y me gustó. Pero como un hijo bobo necesita atención constante, y la gente tiene su tiempo tan limitado que apenas le puede prestar atención para llenar el tanque.