Por Yeudis Silva
En México, y durante el 2017, se arrebataron más de 25,000 vidas en manos de la delincuencia, convirtiéndose en el año con mayor cifra de asesinatos desde el comienzo del siglo, y de acuerdo con estudios, se espera que el 2018 rompa el récord del año pasado.
Los niveles históricos de crímenes violentos en México han provocado un aumento récord en el negocio de blindaje de automóviles del país, con un grupo de la industria que pronostica un salto de dos dígitos en la cantidad de vehículos a prueba de balas este año.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Vehículos Blindados, esta inseguridad se ha traducido como un crecimiento en la demanda de vehículos blindados; la cifra estimada de producción para este año es de 3,284 unidades.
A pesar del crecimiento, México aún se encontraría lejos de las cifras de Brasil que presentó un incremento del 25 por ciento estimado este año, uno de los países con mayor inseguridad del continente americano.
El segmento ha cobrado tal relevancia que desde mediados de 2017, la firma alemana Audi empezó a fabricar la versión blindada de su Q5 exclusivamente en México, y recientemente comenzó a exportar estos vehículos a Brasil y Argentina.
Con un costo 87,000 dólares, el Q5 localmente, era más barato para los consumidores que usar una firma de posventa, que un experto de la industria estimó que aumentaría el costo del automóvil a más de $ 95,000 y anularía la garantía de fábrica.
Otras marcas como BMW, Jeep y Mercedes-Benz también han fabricado vehículos blindados en México por varios años. En algún punto, incluso Volkswagen comercializó el Bora Protect.
Las empresas de seguridad mexicanas también han ampliado las ofertas de alquiler y arrendamiento, servicios que son cada vez más populares.
Alrededor del 80 por ciento de los negocios de los vehículos blindados se realiza en el sector privado, que busca proteger a los ejecutivos y sus familias, y el resto al gobierno.