Las pruebas continúan con los prototipos de Grecale, esta vez en el frío de los claros de Suecia, donde han entregado su máxima potencia en condiciones extremas y sobre superficies de muy baja adherencia.
Ni siquiera la nieve y el hielo son capaces de mermar la energía del Grecale: durante la misión, los prototipos se probaron para afinar el arranque y la capacidad de conducción a temperaturas extremas, los controles dinámicos del vehículo en superficies mixtas de asfalto, nieve y hielo, y el mantenimiento del confort dinámico en todo tipo condiciones climatológicas, que en Laponia pueden variar desde unos pocos grados sobre cero hasta los -30°C.
También se han realizado pruebas para poner a punto la tracción, el subviraje y el sobreviraje del coche, en diferentes modos de conducción y con diferentes tamaños y tipos de neumáticos, para dar un carácter específico a cada uno de los diferentes modos de conducción disponibles.
Incluso en condiciones extremas, el Grecale encarna un alma excepcional sobre pistas de conducción de bajo agarre, completando vueltas rápidas que demuestran sus prestaciones en varios circuitos. Desde pruebas de dirección hasta rutas más exigentes llenas de curvas, pendientes, largas rectas y saltos, en superficies nevadas o sobre hielo.