Rápidos y Furiosos la nueva tendencia de los carros deportivos americanos

Rápidos y Furiosos

Cuando Dodge mostró su Challenger SRT Demon en Nueva York, con sus 808 caballos de fuerza legales para circular por la ciudad, ha desatado la locura por los entusiastas de los caballos de fuerza americanos, en la búsqueda de un carro de musculo (Muscle Car), que sea a su medida.

Estos caballos de fuerza en la industria automotriz están funcionando libremente, y en estos días son más rápidos y furiosos. Hoy en día, más de la mitad de los coches y camiones para la venta, cuentan con tanto poder o más para atraer a los compradores que buscan más emoción.

Los aburridos sedanes están claudicando antes los nuevos SUV’s, y los que no les gustan los SUV’s, buscan en algo distinto que pueda apetecer sus gustos, y los autos de musculo están resurgiendo.

Rápidos y Furiosos

El año pasado, los compradores que querían más de 600 caballos de fuerza tenían 18 modelos para elegir, incluyendo un sedán de Cadillac con seis velocidades, que solo sacarlo de la puerta de su concesionario lo hacia perder 30% de su valor.

Desde 1976 hasta el 2017, los caballos de fuerza en los Estados Unidos casi se han duplicado, y el tiempo promedio que tardó un vehículo en pasar de 0 a 60 millas por hora fue reducido a la mitad, de casi 14 segundos a siete.

Se podría esperar que la ingeniería del automóvil avance durante décadas como cualquier tecnología, y la reducción de los motores no llevo a la reducción de caballos de fuerza. Las nuevas tecnologías lograron subirlas.

Estos motores son aproximadamente un 42 por ciento más pequeños de lo que eran hace 40 años. Al mismo tiempo, la media de millas por galón de la EPA se ha duplicado, de 15 a 30.

Claro, no todo llego solo, ya que la mayoría de esas ganancias en MPG, se hicieron bajo la presión de los mandatos federales de eficiencia. Cuando en 1985 ya había alcanzado un umbral de 27,5 millas por galón, algo impensado en los 70’s.

Pero a partir del 2007, los nuevos vehículos establecieron un umbral de 35 millas por galón, añadiendo eficiencia, pero también poder.

Un ejemplo: un V8 que hace 455 caballos de fuerza, se programa para cerrar cuatro de sus cilindros cuando no son necesarios. La desactivación del cilindro debutó hace unos 10 años y ahora es estándar en cada motor de ocho cilindros que fabrica General Motors.

Las nuevas tecnologías hicieron que los eternos carburadores desaparecieran de las líneas de montaje hace mucho tiempo.

Pero la tecnología renovada llegaría en el siglo 21 cuando los ingenieros perfeccionaron la práctica de disparar gasolina directamente en el cilindro, lo que hace perder menos combustible añadiendo más potencia al motor, porque este se mantiene más fresco.

Además, los ingenieros descubrieron cómo acelerar ligeramente o retrasar cuando las válvulas de un motor se abren, ofreciendo alternativamente más energía o emisiones más bajas, dependiendo de cuánto se pise el pedal del conductor.

Lo más notable de todo, es que esta carrera de armas de combustión para lograr más caballos de fuerza, se ha producido bajo estándares cada vez más eficientes y revolucionarios.

Estos logros salvan la imagen de algunas automotrices que estaban casi a la deriva, como Dodge, que con los caballos de fuerza adicionados a sus modelos, demuestra que no está muerto quien da pelea.

Por ahora, la fiebre de los caballos de fuerza no baja. A pesar de que es solo un nicho de la industria es usado como imagen.

Tanto el Mustang, como el Camaro y el Challenger son automóviles de imagen, sin grandes volúmenes de ventas, pero con la importancia de atraer a gente joven, que lleguen a ser leales a la marca por el resto de sus días.

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