Max Verstappen ha logrado su novena victoria de la temporada al término de un dramático Gran Premio de Qatar.
El piloto neerlandés ha tomado la delantera en la primera curva tras la salida, superando a George Russell (Mercedes) y, desde ese momento, se ha mantenido al frente hasta la bandera a cuadros. Lo han acompañado en el podio Charles Leclerc, segundo con Ferrari, y Oscar Piastri, tercero con McLaren.
Ha sido la victoria número 63 de la carrera de Verstappen, la segunda de las tres ediciones de este Gran Premio, y la que hace número 122 de Red Bull. Piastri ha logrado su décimo podio en 45 participaciones en Grandes Premios.
EL DÍA EN PISTA
El coche de seguridad ha salido en tres ocasiones. En las dos últimas, la posibilidad de hacer una parada rápida ha llevado a Williams y Racing Bulls a arriesgarse con gomas blandas, pero no se ha confirmado una apuesta acertada, ya que las características de este circuito provocan una caída excesiva en el rendimiento de los C3.
MARIO ISOLA, RESPONSABLE DE PIRELLI MOTORSPORT
Este circuito tiene unas características bastante peculiares: es muy exigente en términos de energía sobre los neumáticos y de desgaste de la banda de rodadura, aunque no genera una caída en el rendimiento.
Claramente, esta combinación de factores puede crear una situación en la que los niveles de desgaste alcanzan su límite, mientras los equipos intentan alargar el stint lo máximo posible para obtener el mejor resultado, algo que ha quedado confirmado hoy.
En la Sprint del sábado, en algunos casos el nivel de desgaste alcanzó el 100% en coches que iniciaban con, aproximadamente, un tercio de la carga de combustible del GP. En este circuito, el neumático delantero izquierdo es el que más carga soporta y no es casualidad que ambos pinchazos hayan ocurrido en esa rueda.
Cuando se alcanza cierto nivel de desgaste, incluso el más pequeño resto puede provocar una situación como la que hemos visto.
En cuanto al rendimiento, los compuestos más utilizados –el C1 y el C2– han sido muy similares y, como mencionábamos antes, con una degradación mínima. Por ello, el nivel de gestión requerido ha sido prácticamente nulo, lo que ha permitido a los pilotos atacar tanto como han querido, aunque hayan seguido una estrategia a una parada”.